Me respiro entrecortadamente, sigues viviendo en el polo opuesto, empiezo a pensar que te desaparezco y que quizá nunca me hayas conocido. Soy un producto de tu monotonía, de tus días antisentido, de tu pestañeo automático. Solo soy cuando me buscas, solo si te abandonas y vuelves la mirada,
ahí estoy.